JUEVES 1o de mayo, ESCRITO POR DAVid varela
Las ejecuciones en bares, centros nocturnos, cantinas o negocios de venta de alcohol representan no sólo un golpe para los familiares de las personas asesinadas, sino son además un duro golpe a la economía de decenas de familias que se quedan sin empleo al cerrrar este tipo de negocios por la violencia.
En este 2012 al menos una docena de este tipo de negocios se han visto involucrados en hechos violentos, donde una o hasta 15 personas han muerto a manos del crimen organizado, quedando decenas de familias en luto y en posición económica no muy alentadora.
El Bar “Satélite”, el “Far West”, el antro “Digital Plus”, la “Posada del Tequila”, el Vinos y Licores “Coco Tigre”, el Bar “El Jale”, “El Colorado” y el Drive Inn “La Hacienda” son algunos de los negocios que este año registraron hechos violentos y que fueron clausurados por autoridades.
La clausura representa para los encargados y empleados un periodo de crisis, ya que muchas familias dependen de esa fuente de ingresos, tal es el caso del Drive Inn “La Hacienda”, que permaneció cerrado más de un mes por la ejecución de 4 personas, dejando sin ingresos a 31 familias de empleados del lugar.
El domingo 25 de marzo en la madrugada hombres armados ingresaron al Drive Inn “La Hacienda”, que se ubica en la avenida Teófilo Borunda; caminaron por una de las banquetas, estuvieron sentados unos minutos y luego dispararon en contra de un grupo de personas.
Los sicarios ingresaron por la salida del drive inn a pie, con las armas fajadas, sin que los guardias pudieran detectarlas; avanzaron unos 50 metros y estuvieron sentados. Minutos después se levantaron.
Llegaron hasta uno de los espacios para estacionar los automóviles y dispararon en contra de 5 personas que se encontraban en ese lugar: Dos mujeres, las cuales fallecieron en el lugar, y tres hombres, uno que murió instantáneamente y otro en el hospital.
A partir de ese 25 de marzo el drive inn quedó clausurado y fue ahí donde inició un viacrucis para la plantilla de personal que labora en dicho lugar, 39 personas en total.
Ese día todos los clientes, relata el dueño del establecimiento, salieron a prisa, pero con calma, no hubo algún otro incidente y en dos minutos el lugar estaba vacío.
La pérdida que se generó ese día fue enorme, comenta, esto debido a que la clientela desalojó el establecimiento, yéndose sin pagar lo que había consumido durante la noche.
Quien maneja este drive inn recordó que durante el mes que estuvo clausurada “La Hacienda” se perdieron alrededor de 300 mil pesos, dejándolo con una gran deuda en el banco, así como con los proveedores y sus empleados.
En total 39 familias se vieron afectadas ese 25 de marzo, ya que los problemas económicos que acarrearía la ejecución de 4 personas dentro del local costaría al menos a 8 sus empleos.
Luego de unas semanas 8 personas de las que laboraban en el drive inn decidieron buscar otro trabajo, ya que se desesperanzaron, teniendo una gran duda de cuándo volverían a abrir.
Personal de Protección Civil del Estado realizó una inspección al lugar y encontró varias irregularidades e incumplimientos con el reglamento con los que se contaban. De inmediato el dueño puso manos a la obra para arreglar dichos inconvenientes.
Pensando que al tener todo conforme se lo habían mandado le darían la oportunidad de abrir de nuevo su comercio, el dueño de este lugar comenzó de inmediato las adecuaciones; 16 cámaras de video de alta definición, modernización de la barda perimetral, adecuaciones eléctricas y pluviales fueron unas de las tantas acciones que realizó.
Sin embargo, luego de haber invertido más de 200 mil pesos en estas adecuaciones, y haber cumplido con lo establecido, después de un mes el lugar sigue clausurado.
“Yo comprendo a las autoridades, no necesitan más presión de la que ya tienen, el personal quería hacer una manifestación, pero eso no ayuda, lo que las autoridades necesitan es comprensión, pero nosotros estamos desesperados”, relata.
Comenta que quedó en deuda con el banco luego de usar el dinero de la cuenta bancaria para comprar lo necesario para reabrir; además, hace menos de un año que remodeló el restaurante, lo que logró con un préstamo de un millón de pesos, mismo que ha dejado de pagar por sus problemas financieros.
La flotilla de trabajadores de La Hacienda se compone por jóvenes estudiantes, padres de familia y hasta abuelas; “ya son adultos mayores, si yo las despido, ¿quién les va a dar trabajo?”, pregunta el dueño con desesperación.
Esta es la situación que se vive por parte de los dueños de locales en los de ocurren hechos de sangre. Las autoridades, como lo marca la Ley, deben clausurar el lugar, y si tiene irregularidades deben ser arregladas para que pueda reabrir.
Otros de los dueños no han tenido la suerte de lidiar con estos problemas. “Beto, el dueño del Arleya, el dueño del Colorado”, recuerda el propietario de “La Hacienda” a sus compañeros, todos asesinados por el hampa.
La violencia de estos eventos tiene repercusiones no sólo en las familias de los asesinados; son trabajadores de los lugares clausurados que se afectan directamente, así como las familias de los mismos.
De manera indirecta la afectación se extiende a proveedores, músicos y compañías que surten a esos lugares, las cuales tienen una disminución en sus ingresos.
Actualmente, en el caso de “La Hacienda”, 31 personas están a la espera de una resolución, la cual se ha extendido por más de un mes, tiempo en el que los trabajadores han dejado de percibir un ingreso, pues los meseros, que trabajan con el mínimo salario, dependen de las propinas.
“Es gente que vive en barrios bravos, que se quiere superar, pero ¿si los orillan a que no hay chamba?”, se pregunta el dueño, señalando que están esperanzados a que se vuelva a abrir el drive inn.
De él dependen sus 31 trabajadores, los cuales –señala- tienen al menos 2 hijos en promedio, eso hace que 124 personas se vean afectadas directamente por un hecho en el que se le quitó la vida a 3 personas en el lugar, muriendo otra posteriormente.
Además, en el drive inn laboran dos grupos de música sinaloense y dos grupos de mariachi que no perciben un sueldo pero dependen de las aportaciones que los clientes hacen cuando les piden una canción.
También se ven afectados los taxistas que ya tenían a La Hacienda como un lugar para buscar pasaje, los vendedores que acudían, también los proveedores de alimentos y los proveedores de las bebidas alcohólicas y bebidas en general.
La afectación de este hecho se extiende a una microeconomía, la cual ha detenido su flujo de dinero; “la gente tiene hijos que van a la escuela y necesitan dinero para el camión, al no percibir el sueldo dejan de ir a la escuela sus hijos”, comenta.
El locatario expone un ejemplo de lo que pudiera suceder si se quedan sin trabajo; “la necesidad es canija, se aumenta la delincuencia, andan en la calle sin ir a la escuela y por necesitar dinero pueden delinquir”.
Además, comenta que entre sus trabajadores también se encuentran estudiantes que dependen de su ingreso para continuar con sus estudios; “son chavos que se pagan sus estudios y si no tienen dinero no van a pagar la escuela”, indicó.
“No podemos generar que otra gente gane dinero, si no me hecho un peso a la bolsa no lo puedo dar para que otro se lo eche”, ejemplifica el dueño de “La Hacienda”.
En torno a las adecuaciones que le pidieron para reabrir comenta que ya se instalaron las cámaras de seguridad y ya se tiene previsto más elementos de vigilancia, pero para poder continuar con las adecuaciones debe percibir un ingreso para poder invertirlo, lo que lo ha generado deudas.
Así es como el asesinato de 4 personas dentro del lugar afectó directa e indirectamente a cientos de personas, algunas de las cuales dependen de ese ingreso para poder subsistir.
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