Un grupo desconocido de “naturalistas” realizaba cantos y danzas alrededor de un fuego sagrado a las orillas de la presa el rejón poco antes de las 8:00 horas de la mañana.
Los cantos eran interpretados en un dialecto al parecer de alguna tribu ajena a las etnias regionales. Con movimientos libres de cada uno los nueve participantes en el ritual, mantenían ritmo al compas de sus rudimentarios instrumentos parecidos a un tambor y una maraca.
Un sujeto de aproximadamente 40 años, que portaba un sombrero de paja al estilo indígena sudamericano, era el que orquestaba a los demás participantes, señalando cambios en los extraños sonidos que se emitían, a la vez que iniciando los movimientos como levantar manos arriba, entre otros.
Se les prohibió a los reporteros de esta fuente el tomar video del acontecimiento por estar encendida una pequeña hoguera que denominaban “fuego sagrado”, y a la vez hacían la invitación de adentrarse al circulo para realizar la petición por el agua.
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